Ayer, sábado 14 de julio, recibimos la visita de la Prof. Graciela
Nabel de Jinich, Directora ejecutiva del Museo del Holocausto de Buenos Aires.
Dicho Museo, creado hace 19 años y ubicado en Montevideo 919, CABA, ha sido
declarado Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, por su esfuerzo y contribución permanente para incorporar la
temática del Holocausto a la Educación como modo privilegiado de recuperar la
historia para prevenir la reiteración de actos racistas y violentos que
amenazan una y otra vez a la humanidad.
Graciela
nos dio un panorama general acerca de la Shoá, los acontecimientos políticos y
sociales europeos previos a la Segunda Guerra mundial que permitieron el
genocidio de 6 millones de judíos, junto a otras comunidades como los gitanos,
opositores políticos de todo signo, homosexuales, discapacitados…impropios de
pertenecer a una “raza superior”(aria) fueran atrozmente masacrados,
encarcelados, vejados, despojados de su identidad, de sus familias y sus bienes, pero sobre todo de su
condición de seres humanos.
El Museo
del Holocausto con su presencia y acciones educativas ( muestra permanente de
objetos, fotos y testimonios de sobrevivientes, etc) , sus visitas a las
escuelas, sus charlas y ciclos de cine debate, entre otras actividades, intenta
promover una pedagogía de la memoria que sea conocida, estudiada, investigada y
esté siempre viva entre los jóvenes y adultos.
Hoy, más que nunca, enseñar en las aulas los horrorosos hechos ocurridos
durante la Segunda Guerra Mundial, implica un compromiso, un alerta acerca de
las consecuencias a las que puede llevar el silencio e indiferencia frente al
sufrimiento de los demás, la
intolerancia, la exclusión y la xenofobia.
En el período 1976-83 Argentina, ha vivido hechos de terrorismo de Estado, de
genocidios y robos de bebés en los que han participado personas cuya ideología
nazi estuvo presente a lo largo de estos hechos aberrantes sobre nuestra
población civil, campos de concentración, tormentos, matanzas, torturas que han
dejado huellas imborrables en nuestro pueblo.
A más de treinta
años, aún los argentinos, no hemos cerrado las heridas y la mayoría de los culpables, sigue entre
nosotros, caminando libremente en nuestras calles, como lo hizo el asesino de
miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial Adolf Eichmann, que vivió clandestinamente en Argentina desde 1945 hasta 1960 en que fue
capturado y sometido a Juicio por crímenes de lesa Humanidad en Israel.
Si querés escuchar el programa, podés cliquear en :
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