miércoles, 31 de agosto de 2011
ADIÓS A UN GRAN MÚSICO POPULAR ARGENTINO.
A LOS 73 AÑOS, FALLECIÓ EL CHANGO FARÍAS GÓMEZ.
Fue una figura clave de la música popular argentina, un artista capaz de arriesgar para avanzar en el folklore: En base a su profundo conocimiento, rompía los moldes formales del género, transformándose en un innovador del folklore. .
El título de su último disco(2003), Chango sin arreglo, sintetiza quizá la doble marca que ha dejado este artista en la cultura argentina. La de ser, por un lado, el gestor de una música perdurable, rompiendo con los moldes formales del folklore. Y también la de ser un artista capaz de arriesgar para avanzar en un género que dio muestras de permanecer estático, durante mucho tiempo.
El Chango fue arreglador, percusionista, guitarrista, cantante, docente, productor de trabajos ajenos (el bellísimo disco de Mercedes Sosa Corazón libre 2005). Pero Farías Gómez fue además gestor de Los Huanca Hua, el Grupo Vocal Argentino, Músicos Populares Argentinos y La Manija, todas apuestas por la renovación de los sonidos de época.
En 1964, fue convocado por Ariel Ramírez para hacer los arreglos de percusión de su Misa Criolla y para interpretar la primera grabación de la obra, ese mismo año, junto a Los Fronterizos.
En 1976 debió exiliarse, primero en España y luego en Francia. En el exilio grabó un disco instrumental, Lágrima, con la participación del pianista Gustavo Beytelmann y el bandoneonista Juan José Mosalini, entre otros músicos radicados en Francia.
A su regreso a la Argentina mostró con su hermana, la cantante Marián Farías Gómez y con el pianista Manolo Juárez, el espectáculo Contraflor al Resto, que luego fue grabado.
En los ’70 formó un trío con el bandoneonista Dino Saluzzi y el guitarrista Kelo Palacios, con la improvisación como eje, en los ’80 compartió un espectáculo con el Cuchi Leguizamón definen también sus iniciativas, con la marca de los Músicos Populares Argentinos con Jacinto Piedra, Peteco Carabajal, Verónica Condomí y Rubén “Mono” Izarrualde.
Deslumbró a una generación de músicos que retomó contacto con el folklore por aquella formación que renovaba clásicos del cancionero o que ponía en arreglos maravillosos creaciones.
En los ’90, con el grupo La Manija, la apuesta del Chango sería por llevar al folklore a su “condición negra” , la marca africana de ritmos , era uno de los temas que lo apasionaban.
Su conocimiento profundo de los ritmos populares fue requerido por Mercedes Sosa (2005), para arreglar el disco Corazón libre.
El Chango, sin duda un creador de nuestro amado folklore, otros, ya han seguido sus innovadores pasos.
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