Hoy es necesario recordar dos hechos históricos de magnitud y trascendencia, ocurridos en tiempos y lugares diferentes un 11 de setiembre.
Dos hechos que tienen en común el desprecio y avasallamientode los derechos humanos, comenzando porel derecho a la vida.
Uno, en nombre de la venganza, del odio encarnizado entre culturas e intereses económicos que no pueden compartir el mismo mundo, el otro, en nombre del restablecimiento del orden, la desarticulación de la efervescencia política y el aumento de la seguridad y tranquilidad social y la venta del patrimonio a los socios extranjeros.
Ambos hechos unidos por la voracidad de hombres que nopueden permitir, a esta altura de la historia de la Humanidad, que vivamos sin la fuerza de las armas, sin el egoísmo y las atrocidades repetidas de unos contraotros a lo largo del tiempo, sino quepodamos convivir con la riqueza de las diferencias, la palabra y el consenso
El ataque a las Torres gemelas de Nueva York del 2001 y el golpe de Estado en Chile en 1973 fueron hechos impregnados de odio hacia la vida y hacia la democracia, con todos sus defectos.
Los muertos de EEUU y los de Chile, con 17 años de dictadura pinochetista a cuestas, son también nuestros muertos, los asesinados por la dictadura civico militar argentina del 76, los de la Embajada de Israel, los de la AMIA.
Si asumimos la historia como conflicto, ¿por que arrogarseel derecho de una única verdad?.
Dentro del desarrollo de los conflictos se podrían tolerar yconstruir consensos.
Sin embargo, mientras el capitalismo, siga siendo un sistema de desigualdades y de la glorificación del egoísmo y la codicia, habrá conflictos y antagonismos, y todo consenso será momentáneo, durará en tanto duren los acuerdos pactados por los intereses políticos, económicos y sociales de los diversos poderes.
Las heridas aún no han cicatrizado, y la lucha continúa en las calles de los países de Medio Oriente y en Chile mismo, la pelea de estudiantes y docentes las reaviva como si el tiempo no hubiese transcurrido, como si la experiencia no hubiese enseñado nada.
Sin embargo, allí estan los jóvenes, estas nuevas generaciones, que nacid@s y crecid@s en dictadura se incorporan a exigir por sus derechos tantas veces masacrados y vulnerados para decir BASTA a un sistema que los invisibiliza, los desprecia y los vulnera.
Un día, en fin, de duelo, pero a la vez de respeto y de lucha por los DDHH de los pueblos, que merecen vivir con dignidad.
Lic. Elena Liniado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario