Hoy recibimos en nuestro programa de radio a miembros de la
murga Mamarrachos de Almagro:
Su director: José Ferré García, junto a Omar González y
Federico Mercado, nos contaron sobre los orígenes y conformación del corso, que
desde hace ya 9 años se presenta en los carnavales porteños.
Sus comienzos fueron en un merendero que se armó en la
Parroquia Santa María junto a Cáritas, a la que concurrían una vez por semana, para que los
chicos se recreen con diferentes juegos y simultáneamente, introdujeron la música y el
baile para entusiasmarlos con la idea de desfilar durante el verano en el
carnaval de Bs As.
Posteriormente ensayaron en la plaza ubicada en la Pza Gonzalez Tuñón, en pleno Balvanera,
allí concurrían los pibes de la parroquia, pero también se fueron incorporando
otros que provenían de hoteles y pensiones cercanas.
Finalmente la plaza se cerró por remodelaciones a cargo
del Gobierno porteño, que durarían cuatro meses, pero hace ocho que permanece
cerrada al público, razón por la cual, tuvieron que ensayar en la escuela Santa Cruz, que prestó sus instalaciones, terrazas y casas
de algunos vecinos.
La presentación de toda murga porteña consta de
desfile de entrada, glosa de presentación, canción de presentación, crítica,
demostración de baile, glosa de retirada y canción de retirada y opcionalmente
podría haber una canción de homenaje.
Por supuesto cada una cuenta con sus propios poetas
y compositores, que son quienes animan sobre el escenario la danza de los
bailarines. A ello se suma, la percusión, elemento de gran importancia para
marcar el ritmo y compases a seguir por la FANTASÍA, con la muestra de danza, durante toda la presentación.
Es importante señalar, que los adultos que
conforman la murga, se suman al trabajo barrial que desarrollan con chicos y
jóvenes, que encuentran en Almagro y Balvanera,
una zona plagada de hoteles y pensiones, un espacio artístico donde sus
habitantes pueden participar gratuitamente de una tradición popular, después de
ser muchos años prohibida y perseguida.
Desde la época de la colonia y en diferentes
gobiernos, fue considerada escandalosa, molesta y/o ruidosa…por no decir
abiertamente…que es una manifestación más de la cultura popular, que tanto incomoda
a ciertos sectores sociales, porque brinda alegría, da color y brillo a lo que hoy es considerado patrimonio cultural de la
ciudad de Bs As.
Y aquí les dejamos los últimos versos escritos por
Federico (PIPO), que pensando en la tristeza que nos ha embargado el choque
ferroviario de Once quiso hacer un aporte a modo de homenaje a los damnificados
por tan tremenda tragedia.
Magia pura
Una calle cualquiera, simple y cotidiana, que hasta
hace poco mostraba su rostro diario, como por arte de magia cobra nuevo
encanto.
La cruzan un
cielo banderines de colores, lucecitas de vereda a vereda y un mar de vecinas y
vecinos con olas de pibas y pibes jugando enloquecidamente.
Y a este retazo de la vieja fiesta del
pueblo, a este pedazo de encuentro barrial, llega la murga, con su remolino de
colores, brillando desde la esquina, pateando el asfalto, volando en el aire de
febrero y cayendo con su encanto carnavalero.
Una calle cualquiera, todas las calles.
Un barrio cotidiano, cada barrio, un mágico encuentro de Carnaval. Retazos,
fragmentos, collage de la fiesta que nos damos a nosotros.
I
Terraza al fondo. La murguita ensaya. Hace lo que puede con su plaza
cerrada. -obviamente todo negociado es más
importante que una murguita de barrio-. Por el tapial asoma la luna, enorme y
brillante en la noche de febrero. En la pared de atrás, una lamparita mira a este puñado de murgueras y murgueros ensayar,
equivocarse, volver a empezar, divertirse y seguir ensayando. En las paredes
las sombras del baile, una multiplicada pirueta de alegría rebota en la terraza al fondo. “Cuanto tiempo hemos soñado/viendo la luna alumbrar/con las noches de
febrero/recorriendo el arrabal” confiesa la
canción de presentación.
El sueño empieza.
II
Corso de barrio. Una murga corta la cortada. La nochecita está hermosa. Ronda de gente, la murga baila.
Algunos miran por entre medio de las cabezas de la gente. Una señora empuja un poco para hacerse lugar...
llegaría a enojarme si no viera que busca llegar a
una niña acompañada
de otra señora. Se dan vuelta las dos y la anciana
entrega una enorme y bonita gorra rosa, con una exagerada visera que un poco levantada
vuelve el rostro de la niña más
bello. Luego saca maquillaje y dibuja sobre las mejillas algunos firuletes.
Tanta ternura merece lugar en la fiesta del barrio.
III
En la callecita está todo más cerca. Retirada, nos vamos con el aplauso
afectuoso del público, cantando el pedacito de canción que se repite y se repite. Bajo a la calle
y como está todo más
cerca llego al medio de mi murga que canta la Bajada “Por una calle azul…” y
los veo pasar sonriendo y cantando “…de mágico
esplendor…” los brazos subiendo y bajando “… se van Los Mamarrachos…” en un remolino de color “…cantando su canción…” como una profecía, aquel verso escrito en alguna noche lejana
recordando y añorando Carnaval se hace realidad ahora. Nos
vamos cantando nuestra canción. Los bombos callan inesperadamente, y allí quedan nuestras voces, bajo la noche de
febrero. Un soplo de eternidad se cuela en ese momento donde las voces, la
canción, el momento, plasman el espíritu de la fiesta.
IV
Nos vamos
del corso que no nos dejó
hacer la presentación
completa. Un cielo negro de tormenta, es el espejo de nuestros corazones. El
cielo pareciera explotar de impotencia, de bronca. ¿Quién
tiene derecho a cortar la alegría?
La murga viene a dar todo y no puede ¿Quién puede arrogarse ese derecho? Pero la murga
es la Maga del Carnaval. Todo anuncia que a la hora de la otra actuación debería
caer la tormenta con toda la furia. Pero la murga viene a dar todo. Nos
reunimos todos en medio de la calle. Habla uno, habla otro. Alguien dice “recuerden
que bailamos por todos los que se pusieron esta levita y por todos los que
vendrán”
cuando termina, explota el grito colectivo de alegría. El hechizo ya está lanzado. Llega la hora y la murga da todo.
Luego, de madrugada, cuando todos ya dormíamos,
comenzó a llover…
V
El pibe salta, patea el suelo y vuelve a volar. Los brazos se agitan
ferozmente. Los flecos de la levita se agitan y parecen desaparecer. El verde y
el violeta también. El pibe salta, patea el suelo y vuelve a
volar. Gira y ya parece no haber traje, un borroso pantalón de un gastado marrón pobre cruza el aire, una cuerda por cinturón, la espalda brilla de sudor bajo la luna y
la noche de verano. El negro salta, patea el suelo y vuelve a volar. Sus
tobillos aún muestran las marcas de las cadenas, siglos
de esclavitud, cuando el paso lo marcaban los escasos centímetros de los eslabones. Ya no. Ahora el paso
es ancho. Por eso salta, se alza en el aire y una pierna se separa de la otra,
cae, patea el suelo y gira. La sonrisa brilla también en la oscuridad. El negro salta, patea el
suelo y vuelve a volar. La sonrisa brilla bajo el ala de la galera mientras el
murguero salta y patea el suelo y vuelve a volar.
De
lejos, el bombo es un monótono corazón ajeno.
Alguien
escupe “…existiendo el carnaval de Bahía no se puede llamar a esto Carnaval…!”,
“a mi el corso me entristece”, “siempre tocan lo mismo”, “¿eso es bailar?”…
pero escupen de lejos, allí donde el bombo es un monótono corazón ajeno.
Ninguno
se anima a decir que la tristeza habita en ellos, no en la fiesta que brilla en
una calle cualquiera de cualquier barrio mágico en Carnaval.
De
cerca el bombo es corazón vibrante, el plato alumbra, desborda el pulso, el
baile es liberación y la fiesta es un mágico sueño que no queremos olvidar y
que alguien nos recuerda: “…hemos
vuelto a mostrar que dejamos el alma y eso es algo que no tiene precio ni
puntuación…Desde las mascotas que siempre brillan y nos enseñan el camino,
hasta el último de los murgueros. Todos han hecho que estas noches sean
mágicas; como mágico es el carnaval, como mágico es soñar con un mundo donde
sea moneda corriente animarse a ser felices sin más…”
De
lejos, el bombo es un monótono corazón ajeno.
De
cerca la fiesta es vibrante magia.
De
adentro el Carnaval es alegría compartida, desbordante, contagiosa.
La murga se despide, como siempre,
eternamente, soñando que volverá.
Pipo
Febrero
de 2012
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Versos llenos de magia y principalmente de mucho amor. Gracias Mamarrachos por tanta alegría...
ResponderEliminarSe apagó lamentablemente por una tragedia, pero el trabajo continúa y el esfuerzo está a la vista...
Excelente la nota, muy transparentes y claros los comentarios y todo lo que han contado.
Abrazo murguero... La Maga