Reproducimos un fragmento de la nota aparecida en Telam digital, escrita por Mariana Menzulio.
"No hay nada más peligroso para el represor que la libertad de expresión, que sus actos se delaten y analicen. El silencio y la oscuridad es esencial para su obra - y para esto es necesario silenciar a los periodistas y escritores que osen actuar con dignidad", encabeza Proyecto de Desaparecidos el link dedicado a los periodistas desaparecidos o asesinados.
Y el "Nunca más" completa: "No fue a causa de la casualidad o por error que es tan alta la cantidad de víctimas en proporción a los profesionales que integran el sector (del periodismo: además de afectar con este ataque el vasto campo de la cultura, siempre vista con recelo por las dictaduras, es evidente que se apuntó a silenciar un grupo social de gran importancia para evitar de raíz todo tipo de cuestionamiento público".
El mismo 24 de marzo de 1976, la Junta de Comandantes en Jefe en su comunicado 19 hizo saber que sería "reprimido con reclusión de hasta 10 años el que por cualquier medio difundiere, divulgara o propagara noticias, comunicados o imágenes con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar la actividad de las fuerzas armadas, de seguridad o policiales".
Las consecuencias no se inciaron esperar: se intervino militarmente a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa; se expulsó a corresponsales de agencias extranjeras, se requisó haciendo incinerar numerosos libros de bibliotecas privadas y públicas y un gran número de periodistas sufrió la prisión, la desaparición o la muerte.
El diario La Razón informaba el 29 de abril de 1976 que el teniente coronel Jorge Eduardo Gorleri, Jefe del Regimiento 14 de Infantería Aerotransportada, dependiente del III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba, había invitado a periodistas a presenciar una quema de libros de autores marxistas o afines.
Gorleri manifestó en esa oportunidad que se procedía a "incinerar esta documentación perniciosa que afecta el intelecto, a nuestra manera de ser cristiana... y en fin a nuestro más tradicional acerbo espiritual sintetizado en Dios, Patria y Hogar".
Para los represores la sola posibilidad de que se conocieran los hechos que estaba pasando era un gran peligro y por ello no es casual que el gobierno militar se apropiara por la fuerza de Papel Prensa, la empresa proveedora de papel de diario, y cuya apropiación ilegal hoy está en manos de la Justicia.
Otro ejemplo: el "Memorándum Interno 44", del diario cordobés La Voz del Interior, fechado el 22/4/1976 y dirigido a la Secretaría de Redacción del matutino, decía: Por disposición de esta Dirección, y con motivo de las directivas del Comando del III Cuerpo de Ejército en el día de la fecha, no se deberán publicar reclamos de familiares de presuntos detenidos que deseen conocer su paradero".
Es importante señalar demás que los primeros meses de gobierno de facto se produce la más alta proporción de secuestros de periodistas.
http://www.telam.com.ar/suplemento/57/nota/1740/
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